“La universidad como red de espacios de innovación y aprendizaje” por David Cabrera Manzano

Autor: David Cabrera Manzano

Dr. Arquitecto y Urbanista.  Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio. Universidad de Granada

Trascendiendo la componente material o física de esta institución, la universidad constituye una entidad con un valor educativo y cultural, que corresponde integrar y potenciar a las propias ciudades. Por ello, un proyecto de universidad es también un proyecto de ciudad, y más especialmente para un caso como el de Granada.

Crear una ciudad universitaria de calidad significa, por tanto, crear una estructura urbana en la que la universidad pueda crecer y mejorar; por lo que es imprescindible resolver los principales problemas de la red estratégica de itinerarios y lugares singulares del territorio, conectando las diferentes zonas e iniciando la mejora del espacio urbano de proximidad local. Esto supone también:

  • Optimizar y hacer un mejor uso de los recursos que se tienen -físicos, económicos y sociales- con eficiencia, versatilidad, adaptabilidad, reutilización… como por ejemplo, el uso polivalente de espacios infrautilizados, como son los pasillos y espacios como los comedores universitarios, que podrían ser lugares de trabajo para grupos de estudio a diferentes horas, con una pequeña inversión de adaptación del acceso y organización temporal del espacio.
  • Atender y diversificar los espacios y entornos de aprendizaje (por cantidad o tamaño -individuos, grupos, multitudes-, por cualidad -espacio abierto, espacio cerrado-, acceso –público, reservado-…), las temáticas (exposiciones, conferencias, talleres, concursos, debates, asambleas, monólogos, entrevistas, performance…) reconociendo la acción de mejora sobre el entorno espacial como un detonante para cambio de hábitos y conductas.
  • Impulsar la creación de espacios confortables y alegres que faciliten el uso, la expresión y el respeto a los demás. La ciudad es un mensajero persistente de ideas y comportamientos, y puede ser soporte o plataforma de sugerencias e invitaciones para una urbanidad positiva, al reforzar valores cívicos de cuidado (con diseño saludable, diversidad de usuarios, sacando a la gente a la calle, como dispositivo de igualdad…). La mejora en el diseño urbano de equipamientos pasa por la atención a necesidades de tamaños menores, en dosis pequeñas, pero de efectos y contagios positivos de mayor magnitud. No se trata tanto de hacer más sino de hacer mejor. Innovar significa, en este sentido, mejorar lo que ya tenemos.
  • Crear microrredes culturales, a través de la multiplicación de espacios o unidades locales de comportamiento inteligente y cooperativo, y equipamientos adecuadamente distribuidos por la ciudad, como parques, salas de estudio o descanso, aparcamientos públicos seguros,…

La consolidación urbana de la ciudad universitaria de Granada precisa del aumento de cohesión en el tejido social, diversidad de actividades y cualidades urbanas, versatilidad y flexibilidad de la arquitectura y los espacios que dan servicio a cualquier tipo de uso, intensificación de los medios de desplazamiento, más fluidos y cómodos, etc. En definitiva, se trata de dar más intensidad y mejor uso a cada uno de los recursos que componen el espacio social compartido.

Si la verdadera riqueza de la universidad está en las personas que la constituyen, es preciso centrar cuanto antes los esfuerzos y la atención en dar respuesta a sus necesidades, asistir a esa universidad como espacio donde se cuestiona lo evidente, donde se discute y se experimenta como una condición indispensable para el desarrollo cultural de los talentos innovadores.

Estas ideas provienen de las conclusiones de un artículo “Procesos de ósmosis de Granada como Campus Ciudad”, realizado con un grupo de trabajo de la CRUE en torno a Universidad y Ciudad, publicado en la revista Ciudad y Territorioy el monográfico completo es: Vol. XLIX, núm. 192 (2017). Urbanismo y Universidad: la experiencia urbana y territorial de los campus españoles

fuente: Laboratorio de Urbanismo de la Universidad de Granada

Artículo enviado como contribución al “Manifiesto de innovación pública desde las universidades”.

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“Innovación Ciudadana en la Gestión Pública, un ejercicio de Gobernanza” por María Alejandra Ochoa Nava y Amparo Aranda

Autoras: Maria Alejandra Ochoa Nava y Amparo Aranda 

 Mujeres para el Mundo. Cooperacion, Género y Desarrollo

La situación mundial asociada al Covid-19, ha desencadenado una crisis mundial, la cual ha trastocado las relaciones sociales, políticas y comerciales. Los gobiernos, los ciudadanos y las ciudadanas, las familias, hombres, mujeres, niños y niñas, empresas y todos quienes integramos  la sociedad nos encontramos en un nuevo mundo cargado de incertidumbre, de miedo y de una constante interrogante sobre los desafíos del dia después.

El contexto de esta rutilante realidad nos invita a repensar el mundo, a reconstruir su lectura desde una postura flexible, abierta al aprendizaje y propia, desde cada contexto y realidad, para salir al frente como sujeto social en busca de soluciones ante nuevos problemas, ante una nueva realidad. Interesa rescatar en este nuevo escenario la innovación como proceso social y político capaz de transformar el tejido social de conglomerados, comunidades y pueblos para cambiar sus condiciones de vida, para proponer y desarrollar mejoras que contribuyan en este momento crítico, abordar los efectos de esta gran pandemia mundial.

Apuntalar y redireccionar la inteligencia colectiva enarbolando los principios de colaboración, cooperación, solidaridad implica ejecutar acciones revalorizando el tejido social, las iniciativas ciudadanas como fuente válidas de saber para  hacer frente a la nueva realidad.

Artículo enviado como contribución al “Manifiesto de innovación pública desde las universidades”.

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“De la innovación ciudadana a la innovación pública: un reto de las universidades” por Esteban Romero

Autor: Esteban Romero Frías

Medialab UGR

En el marco de la iniciativa Frena la Curva, estoy participando en un Colaboratorio, un laboratorio distribuido conformado por personas que colaboran desde distintos lugares, que se centra en el reto de cómo articular el ecosistema de innovación ciudadana. He escrito una breve aportación inicial que incluyo aquí y que se encuentra publicada junto a la de otras personas implicadas en el campo de la innovación ciudadana.

Las universidades son ecosistemas privilegiados de conocimiento que se articulan en torno a tres grandes colectivos: personal docente e investigador, personal de administración y servicios, y estudiantado. La epistemología científica hace que en centros tan ricos en saberes, el saber experto sea el que sobresale opacando al resto. Un saber experto disciplinar, eficiente en su especialización pero ineficiente en muchas ocasiones en su capacidad de desbordar los límites de las áreas de conocimiento. Tanto el estudiantado como el personal de servicios pueden jugar un papel fundamental en conectar de maneras más significativas el saber científico con el saber de la experiencia, el saber situado, localizado en comunidades a las que estamos llamados a servir.

Es pues preciso repensar la Universidad desde un vector común que es el de la ciudadanía. Hablamos de comunidades universitarias, que como en mi ciudad, Granada, articulan a más de 65.000 personas de forma directa, constituyendo un cuarto de la población total del núcleo urbano. Si algo es la comunidad universitaria es un conjunto de ciudadanas y ciudadanos con algunos rasgos comunes: capacidad de generar conocimiento especializado, tiempo y recursos para desarrollarlo, libertad, juventud, energía. Si a esta comunidad añadimos al resto de la ciudadanía como actor que se relaciona de forma continua con la Universidad, encontramos que esta tiene una oportunidad única para ser el sustrato, el impulso, la protagonista de un ecosistema de innovación ciudadana, que, de abajo hacia arriba, articule proyectos de transformación social, bien desde el empoderamiento personal y colectivo o bien a través de la conexión con las instituciones públicas que nos gobiernan. Es en esta relación donde la innovación ciudadana se transforma en innovación pública al servicio del diseño de mejores políticas públicas o de proyectos de transformación social. Es justamente en esta idea de “innovación pública desde las universidades” en la que estamos trabajando con ahínco, combinando innovación social, innovación ciudadana, conocimiento experto, saberes distribuidos y capacidad y líbido de aprendizaje.

Universidad, innovación ciudadana e innovación pública, son ejes clave en nuestro futuro.

Artículo enviado como contribución al “Manifiesto de innovación pública desde las universidades”.

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