Autora: Paz Sánchez Zapata

Instituto Andaluz de Administración Pública (IAAP)

En estos días estamos viendo como la pandemia COVID-19 nos está enfrentando a una realidad de entornos cambiantes e inciertos que nos somete a retos de muy difícil solución, que deben ser atendidos de forma inmediata y con la participación de todos y todas.

En el Instituto Andaluz de Administración Pública venimos hablando desde hace tiempo de la necesidad de incorporar la innovación en las actuaciones de las instituciones públicas de la Junta de Andalucía, intentando cambiar la cultura administrativa tradicional por una cultura basada en la colaboración y en la apertura. Ahora, además, sabemos que urge adoptar sistemas de innovación anticipatoria y adaptativa que nos ayuden a explorar nuevas posibilidades y a abordar los temas emergentes con soluciones rápidas y ágiles que supongan una respuesta clara y contundente a las nuevas necesidades sociales. Estos nuevos enfoques ineludibles en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales tienen necesariamente que tener un componente abierto, capaz de combinar saberes y conocimiento de instituciones y personas para liberar la inteligencia colectiva del entorno y ponerla al servicio de la ciudadanía. La administraciones e instituciones públicas estamos llamadas a desarrollar este nuevo papel de conectores de diferentes actores (públicos, privados, sin ánimo de lucro e individuos) y generar alianzas, colaborar y co-crear nuevas aproximaciones y soluciones a los problemas públicos.

Para poder ejercer este nuevo rol de conexión, tenemos que articular nuevas formas de relaciones entre todas las partes desde la confianza y la reciprocidad, tejer redes que faciliten puntos de encuentro y diálogo que permitan encontrar temas esenciales y comunes de trabajo conjunto y vías de colaboración entre iguales. En otras palabras, crear un ecosistema de lo público capaz de construir entornos propicios a la innovación y que pueda ser activado con facilidad cuando las circunstancias lo demandan. Esta transformación radical en la forma de relacionarnos es el mayor desafío al que nos enfrentamos las administraciones y las instituciones públicas.

En este sentido, las universidades son depositarias y creadoras de conocimiento especializado y poseen una comunidad propia de profesores, jóvenes, y ciudadanía relacionada con ella, con conocimientos, habilidades diversas, competencias tecnológicas y formas flexibles de aplicarlas, de gran valor. Las Administraciones Públicas necesitamos la visión de estos importantes colectivos personales y profesionales en la puesta en práctica de los nuevos saberes, en la incorporación del conocimiento científico y experto, en los análisis y procesamientos de datos y en la elaboración de políticas publicas de consenso, con el fin de poder ofrecer nuevos servicios basados en la empatía y el cuidado de la ciudadanía.

Estas alianzas son fundamentales en la realización de actuaciones con impacto, y por tanto de valor público, que de no ser así serían mas costosas y difíciles. La búsqueda de alianzas es de hecho reconocida como el camino indiscutible para lograr un avance más eficaz en la consecución en 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La elaboración del manifiesto ayudará a articular un lenguaje común para poder tener una posición compartida desde la que abordar esta nueva gestión de la innovación. El proceso de elaboración propiciará conversaciones productivas y facilitará el diálogo entre los actores desde la transparencia, el respeto y la buena comunicación, propiciando también la creación de estructuras de apoyo para nuevas prácticas de participación y co-creación.

Artículo enviado como contribución al “Manifiesto de innovación pública desde las universidades”.

Foto de John Barkiple en Unsplash